José Manuel Sanchez fue el único superviviente del ataque terrorista en el que murieron sus 7 compañeros en Irak. Él era un espía del CNI y tuvo una misión en Irak ya que estaban en guerra en ese país. Hoy en día al ser el único superviviente y después de tantos años dificiles por el estrés post-traumático, trabaja en la Asociación del Terrorismo de Valencia.
Ha venido a nuestro colegio para compartir su historia con nosotros y hemos tenido la suerte de poder entrevistarlo.
¿Qué te hizo entrar en la asociación de Terrorismo de Valencia?
Las circunstancias de la vida. Cuando decides entrar en la asociación primero entras porque eres víctima y cuando ves la labor que hacen es cuando decides colaborar con ellos aunque también hay víctimas que no colaboran. Yo lo hago porque ayudando también te sientes mejor, primero porque entiendes la situación de las víctimas, porque tienes tiempo y porque al final ayudándoles te ayudas a ti. Es parte de la terapia.
Cuando volviste a Madrid desde Irak, ¿tuviste miedo de que pudieran buscarte?
El miedo no lo perdí hasta muchos años después, no porque me fuesen a buscar. Primero los nombres de los miembros del CNI son secretos y primero se publicaron los nombres de los fallecidos que ya fue un error, pero ya dar el nombre del superviviente cuando iba a seguir siendo miembro del CNI, me señalaba como un objetivo para ellos. Entonces miedo como tal no. De todas maneras a los 6 meses me fui de España y lo de los nombres fue un fallo de seguridad y si que es verdad que estuve un poco más señalado por esto pero no he tenido miedo como tal.
¿Por qué has decidido contar tu historia?
Básicamente porque no solo es un hecho de educación en valores democráticos , en valores no violentos, en la paz, sino es poner en valor el trabajo de los servidores públicos españoles ya que hay funcionarios españoles y servidores públicos que llegan hasta las últimas consecuencias que es dar la vida por trabajar por su país y ayudar a su país que es ayudarnos a nosotros. No es solo que te guste tu profesión sino ciertos valores que probablemente se están perdiendo ahora. A mí me sirve de terapia además.
¿Cómo reaccionó tu familia?
Estupendamente cuando supo que estaba vivo. Mi mujer se enteró antes que nadie porque en cuanto se supo un amigo y compañero se desplazó donde ella estaba y le contó todo. Mis hijos no se enteraron hasta el día siguiente: el mayor lo vió en la televisión y los pequeños no se enteraron. Pero como la noticia fue posterior al hecho no supuso en ese momento ninguna crisis. Cuando más hablamos de eso es ahora porque esto si les ha marcado sobre todo a los mayores.
¿Por qué decidiste entrar al CNI?
Desde chiquitito yo quería ser militar pero al CNI ingresé por suerte y al final fueron circunstancias del destino. Un miembro del CNI me lo ofreció y dije dentro de mi carrera militar al final es un destino más porque después cambiaron las circunstancias y me hice profesional del CNI pero en esencia es suerte igual que estoy vivo por suerte, entré al CNI por suerte.
¿Has seguido teniendo contacto con las familias de las víctimas?
No mucho, pero sí. Conozco a casi todas las familias pero tampoco hemos hecho mucho por conocernos. He hablado con ellos pero no con todos porque hay familias que no quieren.
¿Crees que por ser el único superviviente y que las familias hayan sufrido pérdidas, esto tiene un efecto negativo de su perspectiva hacia ti?
En algunos casos sé que íi y lo normal es que no porque al final yo no soy culpable de nada. Pero si hay cierta persona de cierta familia que me achaca a mí la culpabilidad pero al final son víctimas también y cada uno lo elabora a su forma.
¿Te arrepientes de haber hecho tu profesión?
No, no me preguntes si lo volvería a hacer porque no lo sé. Nosotros en el CNI perdemos mucho la condición de militar, yo no me siento militar porque yo ingresé en el CNI con 25 años y estuve hasta el 2014. Estuve casi 25 años en el CNI y de carrera militar solo 7. Además, son opciones que tomas tú y no tiene ningún sentido arrepentirse.
¿Después de haber tenido que volver a tu trabajo, has tenido alguna situación que te haya recordado a ese momento o algún encuentro con compañeros que te recordarán a eso?
Compañeros si, además todos los que venían de misión de Afganistán y habían tenido alguna situación violenta me lo contaban y yo les decía que no me lo contaran. Pero yo personalmente no, he estado en destinos más tranquilos: en Nueva York, en España, En Uruguay y en Miami.
¿Después de esta situación, cuando volviste a tu casa y te sometiste al tratamiento, te has planteado alguna vez dejar tu trabajo?
Sí, cuando decidí que tenía que dejar de trabajar. De hecho, gran parte de mi bienestar viene dado por el hecho de dejar mi trabajo. En el 2003 yo supe que tenía que dejar el trabajo y eso fue lo que hice.
¿Te has replanteado empezar en cualquier otro?
No, no tengo necesidad económica. Hago muchas cosas pero trabajo como tal no, ya doy charlas y soy presidente de la asociación de víctimas del terrorismo de Valencia.
¿ Tus hijos se han visto repercutidos por lo que te pasó?
Sí, sobre todo ahora porque hablamos mucho de eso. Cuando un familiar cercano ha pasado por una experiencia traumática, tu vida cambia porque esa persona se comporta de forma distinta. Yo normalmente estoy bien, pero ha habido temporadas en las que he estado muy mal. Yo volvía a casa y no era cercano. Al final ellos han tenido que acostumbrarse a esto y esto les afecta. Además he tenido muchas crisis psiquiátricas que les han pillado de lleno. Son personas estrictamente normales. Por ejemplo, mi hijo mediano ha estado en el ejército, a mi hija le gusta cantar…Es verdad que muchos se han visto afectados, el que más ha sido el mediano porque le ha pillado todo. Desde que llegué hemos tenido 14 mudanzas y al final esto les afecta .
¿Cuando tu hijo mediano entró en el ejército tu reaccionaste bien?
Sí, al final yo les he intentado inculcar que los padres son padres no amigos. Y que yo estaré en las buenas y en las malas pero que sus decisiones son suyas y ellos pueden hacer lo que quieran.
¿Tú crees que estas charlas habría que hacerlas y fomentarlas más?
Se hace suficiente. Hay programas en los que se habla de esto y se llama a las víctimas. Pero al final no todas las víctimas dan su testimonio y tampoco somos muchos. Hay temporadas en las que hacemos 3 charlas. Pero al final yo lo que hago es animar a las víctimas a contar su historia porque cada persona se lo toma de una forma y al final, a mí contarlo me ayuda pero hay a gente que le cuesta mucho y es normal al final. Porque ha habido historias de mucho sufrimiento y eso creo que tenéis que conocerlo porque no hay que saber solo lo que pasa hace 90 años, también hay que darle importancia a lo de ahora porque si obvias alguna parte de la historia no vas a entender nada.
¿A día de hoy ya lo has superado, estás tranquilo?
A día de hoy nos llevamos bien el problema y yo. Pero al final nunca voy a superarlo, lo que tengo que hacer es aprender a convivir con ello y aprender a que no te supere el problema. Al principio es más complicado y hay más crisis. Yo no puedo borrar lo que ha pasado, lo único que puedo hacer es asumirlo.
En conclusión, esta historia que nos contó fue una parte difícil de su vida que hoy en día después de tantos años puede contarla con algo de normalidad, aunque sigue siendo complicada tanto de narrar como de escuchar.