¿Hay un real retroceso del feminismo o hay un actual feminismo y un freno del hembrismo?

El asunto del feminismo de hoy y cómo lo ve la gente es complicado, como se puede observar en las noticias.

Un tema es si los derechos de las mujeres están en peligro por los gobiernos de derecha y sus ideas que quieren deshacer lo que se ha hecho. 

En este lío, nos preguntamos: ¿es esto un paso atrás para las mujeres o es solo un cambio con  nuevos desafíos que enfrentar? Unos pocos se quejan de un «feminismo exagerado», pero otros dicen que usan estas historias para no ser feministas. Aparte de esto, el término «hembrismo» se ha usado para mencionar que las mujeres se sienten superiores a los hombres, y en muchos casos actuales es una situación real.

El feminismo moderno sigue su camino en busca de igualdad, aunque hay cosas nuevas que son complicadas, como cuando la gente no está de acuerdo y tratan de cambiar el significado de las palabras. Por ejemplo, aunque a casi todos en España les gusta la igualdad entre hombres y mujeres, muchas personas sienten que ya se hizo mucho, y algunas leyes les son injustas para los hombres. Es importante recordar que el feminismo busca que todos sean tratados igual, no ser mejores que nadie, por tanto si hay leyes que favorecen más a las mujeres se estaría hablando de hembrismo. Además, la persistencia de roles tradicionales y brechas estructurales, como la desigualdad salarial y las limitaciones al acceso a posiciones de liderazgo, demuestra que el feminismo sigue siendo necesario y relevante. Sin embargo, la percepción de que algunas posturas pueden ser extremas ha generado un rechazo que alimenta el discurso del «freno al hembrismo».

Es importante ver la diferencia entre las críticas que ayudan al movimiento y las que quieren dañarlo. El feminismo, de verdad, no quiere que un género sea más importante, sino que todos sean iguales y haya justicia. Pero, la división y la información falsa han hecho difícil informar, creando ideas equivocadas y problemas sociales. 

En conclusión, el feminismo tiene que cambiar con el tiempo, pero no olvidar la meta: ser iguales. El feminismo no está yendo para atrás, sino cambiando su forma de contarse y cómo lo percibe la población.